La historia de un sueño hecho realidad

¿Lo recuerdas?

¿Todavía lo recuerdas? ¿Recuerdas esa mágica sensación de mariposas en el estómago la noche antes de Navidad o la noche de Reyes? Yo no sólo sigo recordándola, sino que sigo viviéndola…

Se dice que cuando uno crece deja de creer en la magia. Esa magia que te hacía ver lo invisible y sentir lo imposible. Pero, por una razón que todavía desconozco, en mi caso no ha sido así.

Yo todavía sigo creyendo en esa magia invisible que mueve y conmueve al mundo. Tanto es así, que he pasado de experimentar esa magia sólo en mí a hacer posible que otros la puedan vivir y sentir. Y, al final, ha acabado convirtiéndose en mi misión de vida.

Mi historia

Creo que no es un secreto afirmar que nuestro mundo actual está falto de magia. Aquella magia que inspira los sueños y los anhelos humanos. Pero hay un atisbo de esperanza en los niños y las niñas del mundo.

La infancia es una etapa mágica y la magia es un componente esencial de la infancia. Y fue en mi infancia cuando todo se originó. Tras conocer “el Secreto”, transformé esa tristeza inicial por la pérdida de la ilusión, en algo real que pudiese impactar al mundo que me rodeaba. Y con 12 años comencé a repartir caramelos por la calle vestido de aquel ser que tanto me hizo soñar. Ahora, como adulto, no puedo evitar emocionarme al pensar que, al fin, hice mi sueño realidad.

Y es que el hecho de llevar un traje rojo no convierte a cualquier persona en Santa Claus. Eso es algo que va más allá. Es una llamada del corazón. Hay mucho en juego: la ilusión y el recuerdo imborrable de los niños y las niñas al haber presenciado a alguien mágico tan cerca. Aquel ser que les demuestra que lo imposible, es posible. Que les invita a creer, a soñar, a sentir, a emocionarse, a compartir y a convertirse en la mejor versión de sí mismos.

Una misión de vida

Ser el 1º impulsor en España del antiguo y venerable oficio del Santa Claus profesional, que en otros países como EEUU, Inglaterra, Finlandia, Francia o Alemania ya existe, es algo que se ha convertido en una misión de vida.

Es por eso por lo que, desde hace ya muchos años, me dedico a contagiar sonrisas y repartir ilusión entre los niños y las niñas de toda España, encarnando al personaje que representa la magia de una época inolvidable.

Y esto es algo que va más allá de un oficio. Es una verdadera forma de arte que trata con lo más valioso de la humanidad: la ilusión de la infancia. Un arte enfocado en el servicio a la sociedad, y especialmente, en la difusión de la magia que inspira los sueños de todos los niños y las niñas del mundo.

¿Te gustaría que pudiera llevar esa magia a tu evento?